Tenemos reservada hora a las 9:30h para salir en lancha tipo zodiac por el Pacífico, a ver si podemos ver ballenas. En cuanto llegamos nos disfrazamos de marinos / pescadores Pescanova, con un traje que nos mantenía calentitos (pero un poco sucio, la verdad), y a la mar. Hay una bruma espesa, y al salir a mar abierto hay poca visibilidad. Nuestro capitán del barco nos indica que miremos hacia los lados para ver si vemos las ballenas, o si las olemos. Hoy hemos aprendido que las ballenas huelen, y bastante mal, por cierto (olor parecido al pescado podrido). Finalmente parece que la bruma se abre un poco, y… sí, las encontramos. Hay bastantes ballenas grises. Vemos como van subiendo a respirar. Nos mantenemos con el barco parado, bastante cerca de ellas. Nuestro capitán ve a lo lejos unas ballenas negras dando saltos, y …. Let’s go. Salimos rápidamente a ver si podemos verlas más de cerca. Cuando llegamos aún siguen saltando. Son dos ballenas que al poco de llegar deciden marcharse mar adentro. Misión cumplida, hemos visto ballenas grises y saltar a las ballenas negras, en el Pacífico. De vuelta al muelle, nuestro capitán nos acerca a un islote donde hay leones marinos. Después de verlos tomar el sol sobre la roca, y tomar algunas fotos, nos vamos ya al puerto.
No podemos estar delante del océano Pacífico y no probar sus aguas, así que toalla y bañador puesto, y a la playa. Entramos en una playa que está llena de surfistas, equipados todos con trajes de neopreno. Al meter los pies en el agua se nos quitan las ganas de bañarnos, pero haciendo un gran esfuerzo conseguimos meter casi todo el cuerpo en el agua. Los surfistas nos miran con cara de incredulidad, y nos dicen si estamos locos. El agua está realmente muy fría. Una vez que ya nos hemos hecho la foto, recogemos los bártulos, y nos vamos a visitar el parque del Pacífic Rim.
Entramos en el recorrido de Schonner Cove, una pasarela de madera que va atravesando un bosque espeso, y que nos conduce a una playa. El recorrido es espectacular, y la llegada a la playa un premio. Nos quedamos un rato en la playa, haciendo el indio, y volvemos a la caravana, que está empezando a llover.
Nos dirigimos ahora a Ucluelet, y no para de llover. De repente, un oso se nos cruza por delante, de un lado al otro de la carretera, rápidamente, anda un poco por el arcén, y finalmente se adentra en el bosque. Este es ya nuestro séptimo oso, aunque ha ido tan rápido que no le hemos podido sacar ninguna foto. Cuando llegamos la lluvia ya es muy intensa, y no nos deja salir de las autocaravanas. Es tarde, así que decidimos volver al camping en Tofino.
magnifico todo lo que hemos visto, no me puedo imaginar lo que habéis visto vosotros... un beso y disfrutar de todos esos paisajes magníficos!!!
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